sábado, 29 de noviembre de 2008


ESPERO QUE LES GUSTE MI BLOG.
AQUI ENCONTRARAN LEYENDAS DE LOS ORIXA!



NOS VEMOS



DaNiEl De OgUm OniRa.......!

oxum

OXUM

Cuenta la leyenda que Oxum deseó aprender los secretos y los misterios del arte de la adivinación, por eso decidió mirar a Exú.
Exú, le dijo a Oxum que le enseñaría los secretos de la adivinación, pero para eso, Oxum debería quedarse en los domínios de Exú durante siete años, limpiando, lavando y arreglando la casa, a cambio de lo que le enseñaría.
Así hizo, durante siete años Oxum aprendió el arte de la adivinación que Exú le enseñaba y consecuentemente satisfizo el acuerdo de ayudar en las tareas domésticas en la casa de Exú. Finalizando los siete años, Oxum y Exú, habiendo estado unida suficientemente en convivencia en la casa en común, Oxum decidió quedarse en compañía de este Orixá.

En un día hermoso, Xangô que pasó y vió a Exú, ella se había peinado el pelo bonito al borde de un río, le declaró su admiración a Oxum. A tal punto Xangô estaba totalmente apasionado por esa mujer bonita, que le preguntó si no quería vivir en su compañía en un bonito castillo en la ciudad de Oyó. Oxum rechazó la invitación. Entonces Xangô irritado y molesto, secuestró a Oxum y la tomó para su compañía, encarcelándola en su castillo.
Exú, entonces sentía mucho la ausencia de su amigo y entonces lo salió a buscar, por todas las regiones, a los cuatro puntos del mundo.
Llegando a las tierras de Xangô, Exú fue sorprendido por alguien que cantaba triste y melancólica cuya voz venía de la dirección del palacio del rey de Oyó, de la torre más alta.
Allí estaba Oxum, triste por su detención y permanencia en la ciudad del rey.
Exú, pedía la ayuda de Òrùnmílá, que le entregó una poción para la transformación de Oxum, para ingresar él mismo en los domínios de Xangô. Exú, con la magia pudo hacer llegar a las manos de su amigo tal poción. Oxum tomó la poción mágica y se transformó en una bonita paloma dorada, voló y pudo entonces volver a la compañía de Exú.

La leyenda cuenta que todo el Orixás había llegado a la tierra, reuniones organizadas del que las mujeres no podrían participar. Oxum, rebelada por no poder participar de las reuniones y de las deliberaciones, decide demostrar su energía y su importancia haciendo estériles a todas las mujeres, secando las fuentes, convirtiéndose así en tierra improductiva.
Olodumaré era escuchado por el Orixás y explicaba que todo se volvió grave en la tierra. Olodumaré les pidió si Oxum podía participar de las reuniones, pero el Orixás le dijo que no. Entonces les explicó, que sin la presencia de Oxum y su energía en el fecundidad, nada podía estar seguro.
El Orixás había invitó a Oxum a que participara de sus trabajos y reuniones, y después de mucha insistencia, Oxum decide a aceptar. Las mujeres se volvieron fértiles y todas las empresas y proyectos inmediatamente consiguieron resultados positivos.

Oxum se llama Iyalodê (Iyáláòde), conferido a la persona que ocupa el lugar más importante, dirige a las mujeres de la ciudad. El nombre de OXUM deriva del de un río de Nigeria, el Ijexá y el Ijebú.
Segunda mujer de Xangô, diosa del oro, abundancia y del amor.
El Oxum pertenece la matriz de la mujer y al mismo tiempo controla la fecundidad, por lo tanto los niños le pertenecen. El dueño de los ríos y de las cascadas, le gusta utilizar collares, joyas, todo lo relacionado con la vanidad, perfumes, etc.

Los arquetipos de OXUM, la gente de Oxum son gente inútil, elegante, sensual, adoran los perfumes, las joyas costosas, ropas bonitas, todo lo que se relaciona con la belleza. Les gusta llamar la atención del sexo opuesto.
Son buenos dueños de casa y amigos. Utiliza su sensualidad para salvar a su comunidad de la muerte. Baila con sus pañuelos y la miel, seduciendo a Ogum hasta que se vuelve para producir los instrumentos para la agricultura. Así la ciudad está libre del hambre y de la miseria.
Oxum hizo frente al peligro cuando Olodumare, dios supremo, ofendido por la rebelión de los orixás, apresa la lluvia en el orum (cielo), provocando sequía y hambre en la aiê (la tierra). Transformado en pavão, Oxum vuela hasta el dios más grande, para solicitar ayuda. El buitre que se convierte por el calor del sol, le causa quemaduras, ennegreciendo las penas, él alcanza la casa de Olodumare. Enfurecido por percibir la reunión excluida de los orixás masculinos, Oxum hace estéril a todas las mujeres hasta que la invitan para la reunión.

No tolera lo que considera injusto. De la belleza a la destreza, de la fragilidad a la fuerza, con la calidad del tacto femenino, así es la habilidad de esta diosa-heroína. Sensible a la condición de la debilidad, Oxum alivia el sufrimiento de la gente.
Así lo hace cuando Oxalá tiene su caída jugado al mar y Iansã le hiere una pierna. Oxum viene a ayudar al viejo, curándolo y haciendo que se recupere.
Es adorado por Oxalá. La diosa del amor se ha ido con un ebó hasta Olodumare. De manera que no vacila en distribuir los ingredientes del ofrecimiento con el viejo Obatalá y los niños que encuentra, y alcanza exactamente así su objetivo para Olodumare. Con gran compasión, Oxum intercede junto al Olodumare de modo que él accede otra vez Obaluaiê, en el intercambio por la miel del caramelo del orixá hermoso.
También garantiza la vida de la otra gente al recibir a la princesa, mujer embarazada, que juega en el río por su padre.
Con sus joyas, espejos y ropas finas, Oxum satisface su gusto para el lujo. Persona ambiciosa, es capaz de estratagemas brillantes para obtener éxito en la vida. Ella va a la casa de Oxalá y allí comienza a hacer escándalo, calumniándola, hasta que recibe la riqueza deseada para entonces mantenerse silencioso. Oxum no se siente bien así, rechazado por la "señora de tanta abundancia como ninguna otra Yabá (femenino Orixá)”.
La voluntad para saber los secretos de las marcas del destino con ese Oxum, pone su energía en la atracción sexual. Ella aprende el arte de la adivinación con Exu, y de las ropas de Obatalá, y de las vestiduras del "caballero del paño blanco" por el secreto del Ifá.
Así Oxum se convierte en la señora del juego de Búzios. La belleza, la agilidad y la astucia son ingredientes del éxito de este orixá.
Ella se quema en el amor de Oxum, tan hermosa y caliente que es. Oxum lucha para conquistar el amor de Xangô y cuando lo obtiene es capaz de pasarle toda su abundancia para guardar su amor.
Le entrega la abundancia y la energía de modo que si ella hace Alaketu, el rey de la ciudad de Ketu. Oxum provoca un conflicto y llama a dos hermanos: Xangô y Ogum famosos y de gran poder, ambos guerreros, el tipo preferido por él. Xangô es su marido, pero se independiza de esto, si uno de los dos hermanos no la trata bien, el otro se sienta en la derecha ella intervine para conquistarlo. Después de que todo el Oxum desea amarla y todos saben que debe ser tratada como reina, con ropas finas, con joyas y buen alimento, todo a su gusto.

La belleza es el mayor triunfo del orixá del amor. Como esposa de Xangô, al lado de Obá y de Oiá, Oxum ella es la preferida y está siempre atenta por seguir siendo la más amada. Adora engañar a Obá. También engaña a Eleguá. Obá desea ganar el favor de su marido, pero acaba odiado por ella.
Era de Oxum, la delicada misión dada por Olodumare del orum religar (el cielo) al aiê (la tierra) cuando se separaron éstos por el displicencia de los hombres. La molestia de orixás era no poder coexistir con los seres humanos por lo que Oxum vino al aiê (la tierra) para prepararlos a recibir a los dioses en sus cuerpos. Bañó a las muejres con hierbas, raspó y adornó sus cabezas con la pena del ecodidé (un sabrado del passáro de la pena), adornó sus cuellos con alambres de cuentas coloreadas, sus muñecas con los idés (pulseras), todo para que se vieran hermosas y para recibir orixás.
Bailaron los atabaques y los xequerês. Se inventó el Candomblé para alegría de orixás y de los seres humanos

ogum-oia

OGUM - La leyenda Oyá vivió con Ogum antes de ser mujer de Xangô. Ayudó a Ogum en su trabajo, cargando sus instrumentos, activaba el fuego de las fraguas. Un día Ogum le dio a Oyá un poste del hierro que le perteneció a él, que tenía la energía de dividir a los hombres en siete porciones y a las mujeres en nueve porciones. Xangô tuvo el gusto de sentarse cerca de las fraguas para apreciar a Ogum batir el hierro, y el Oyá lanzó miradas a él y alternadamente, también a Xangô. Xangô era muy elegante, usaba pendientes, collares y pulseras. Su imponencia y su energía habían impresionado a Oyá. Oyá y Xangô se fueron lejos y Ogum se lanzó en su persecución. Encontró a los fugitivos y a su poste mágico, los tocó al mismo tiempo. Ogum fue dividido en siete porciones y Oyá en nueve porciones, que recibieron el nombre de Ogum Mejé y el de Iansã, cuyo origen viene de Iyámésàn, la madre se transformó así en nueve.

La leyenda de Ogúm Onire

OGUM - ¡Orixá de las guerras y de la tecnología!

La leyenda cuenta que Ogum luchó sin cesar contra los reinos vecinos. Trajo siempre riquezas en sus expediciones, más allá de esclavos numerosos. Todas estas mercancías conquistadas, se las entregó a Odúduá, su padre, rey de Ifé. Ogum continuó sus guerras. Durante una de ellas, tomó Irê. Esta ciudad estaba formada por siete aldeas. Por esto lo llaman, aún hoy, lodê Irê del mejejê de Ogum - "Ogum de las siete partes de Irê".

¡Ogum mató al rey, Onirê y lo substituyó por el hijo apropiado, conservando para sí mismo el título de rey It que se saluda como Ogum Onirê! - "rey de Ogum de Irê" sin embargo, fue autorizado para utilizar solamente una corona pequeña, "akorô". De allí que es llamado, también, de Ogum Alakorô - "dueño de Ogum de la corona pequeña".

Para instalar después a su hijo en el trono de Irê, Ogum volvió a la lucha por muchos años. Cuando volvió a Irê, después de una larga ausencia, no reconoció el lugar. Por desgracia, en el día de su llegada, se celebró una ceremonia, en la cual todos tuvieron que mantener un silencio completo. Ogum tenía hambre y jefaturas. Vio los tarros de vino de palma, pero no sabía que estaban vacíos. El silencio general le pareció una señal del desdén. Ogum, que es de corta paciencia, se enojó. Rompió los tarros con la espada y cortó las cabezas de la gente. Cuando la ceremonia acabó, apareció finalmente el hijo de Ogum y le ofreció sus placas favoritas: los caracoles y las habas, regados con el dendê, mucho vino de la palma. Ogum, ya arrepentido y calmo, lamentó sus actos de violencia, y dijo habiendo vivido ya suficiente, ya era momento de retirarse. Bajó, después, su espada y desapareció debajo de la tierra. Ogum se convierte en un Orixá.

La leyenda de Ogúm Onire el Rey de Iré.

Ogúm descendió en Ilé-Ifè, junto a los demás Orixás, destacándose por su coraje y bravura en la cotidiana lucha por la sobrevivencia en el lugar.

Siendo ese coraje el que le concedió el ser hasta nuestros tiempos, la divinidad que corta los obstáculos que se cruzan en el camino del hombre.

Cierta vez, los Orixás, enviados en misión de exploración, se encontraron con un espeso e intransitable bosque que inexorablemente debían atravesar.

A Orixá-nlá, como líder máximo le correspondió abrir un camino para cruzarlo, pero esa tarea resultó imposible de cumplir, con cada golpe asentado a la maleza, su débil machete confeccionado de bronce, se deterioraba, hasta quedar totalmente destruído.

Al ver la imposibilidad del gran Orixá, Ogúm decide tomar la delantera y con su pesado y sólido machete de hierro macizo, logra cortar las malezas.

Así, todos muy felices decidieron continuar su travesía pudiendo cumplir las ordenes impartidas por Olódùmàrè. De regreso a Ilé Ifè, y en agradecimiento por su acción, le fue entregado el título honorífico de Òdìn-imolè.

Aunque sentía felicidad por el título ganado, Ogúm no estaba muy interesado en pasar su vida encerrado entre cuatro paredes, por más que estas fueran las de un palacio.

Dejando atrás Ilé Ifè, partió hacia las montañas, en procura de nuevas aventuras. Sus andanzas lo llevaron hasta Iré, un pueblo que conocedor de sus gloriosas victorias, lo recibió con todos los honores.

Ogúm peleó duras batallas contra los enemigos de Iré.

Sus conquistas llenaron de gloria esa pequeña ciudad que no dudó en considerarlo su jefe y señor.

Ogúm nunca dudaba de que saldría victorioso siempre en todo lo que hiciera y ... así era.

Por eso, sus hijos lo llevan siempre consigo ...